Obra Pontificia de la Propagación de la Fe

«A la Misión, o vas, o Envías, o Ayudas a Enviar»

«A la Misión, o vas, o Envías, o Ayudas a Enviar»

HISTORIA

Pauline Marie Jaricot, nació en Lyon el 22 de julio de 1799; donde vivió una infancia feliz, en una familia adinerada.

Durante la adolescencia disfrutó de la abundancia de dinero, enorgulleciéndose de su belleza, sus joyas y su preciosa ropa que la convertían en la reina de los encuentros sociales. Sin embargo, también tuvo que lidiar con su carácter fuerte y decidido, que a menudo la conducía a sufrir por la ira. Fue durante esta época cuando Pauline experimentó un período de sufrimiento doloroso como resultado de un grave accidente en casa: una caída desastrosa desde un taburete. Sufrió algunas heridas, pero sobre todo las lesiones de ese accidente, la llevaron a una larga y dolorosa depresión. Los médicos no veían ninguna mejora a pesar del tratamiento. Además, durante el transcurso de la enfermedad, murió uno de sus amados hermanos y su madre. Precisamente en este período de sufrimiento, Pauline, a través de su participación en el misterio pascual de Cristo, comenzó a sentir una profunda cercanía con Dios.

A los 17 años, un sermón de su párroco la conmovió y Pauline comprendió la grandeza del amor de Dios y lo efímero de su existencia. Experimentó la nulidad de sus aspiraciones: ¡una vanidad desilusionante e infinita que abandonó de una vez por todas!

En la Nochebuena de 1816 Pauline hizo voto de castidad y descubrió que la motivación de su vida estaba en la devoción a las Santísima Eucaristía y en la reparación de las ofensas contra el Sagrado Corazón de Jesús, insultado también por los excesos de la pasada Revolución. A su alrededor se reunieron las muchachas trabajadoras de las fábricas de su padre en una Asociación Espiritual llamada sencillamente «Reparadoras».

En 1818, siguiendo la línea sugerida por un folleto del MEP (Missions Etrangères de Paris), este grupo también asumió la dimensión de la oración y animación misionera, con la oferta semanal opcional de un centavo «para cooperar en la expansión del Evangelio». Para Pauline esto representó la orientación de todo su ser hacia la Misión. Estimulada por el ejemplo de su otro hermano Philéas, decidido a convertirse en misionero, ella combinó a la perfección el impulso espiritual con la concreción de la acción.

En su mente se delineó la forma más sencilla y eficaz de orar y ayudar a los Misioneros: los que rezan juntos por las Misiones, juntos también las ayudan. Así nació una acción en grupo con 10 personas, cada una de las cuales se comprometía a encontrar otras diez personas que rezasen y donasen un centavo semanalmente para las Misiones.

La idea encendió muchos corazones y el proyecto se propagó como la pólvora: el 20 de octubre de 1820 ya había más de 500 miembros en lo que se llamaría la Asociación de Propagación de la Fe que fue fundada oficialmente el 3 de mayo de 1822.

En 1826 la Obra se expandió en Europa, comenzando sus Annales que informaban de las cartas de los misioneros y mantenían una estrecha relación con la Congregación de Propaganda Fide.

Murió en paz el 9 de enero de 1862 y fue proclamada Venerable por el Papa Juan XXIII. El 22 de mayo de 2022, tras un milagro de curación atribuido a su intercesión, fue proclamada Beata durante la celebración eucarística presidida por el Pro-Prefecto del dicasterio para la Evangelización, Cardenal Luis Antonio G. Tagle en Lyon, Francia.

Mission

La Obra de la Propagación de la Fe tiene la finalidad de abrir el corazón de cada creyente al vasto horizonte misionero, a través del apoyo espiritual y material al anuncio del Reino de Dios.

Mediante un compromiso constante y enérgico con la formación y animación misionera, promueve:

la espiritualidad misionera que a través de la oración y el sacrificio contribuye a reavivar el ardor misionero de las comunidades cristianas y de los fieles de forma individual, mediante la meditación de la Palabra de Dios, la Adoración Eucarística y el Rosario misionero.

La solidaridad universal a través de la contribución al Fondo Universal de Solidaridad para la Evangelización del mundo, especialmente en la Jornada Mundial de las Misiones que se celebra el penúltimo domingo de octubre, evento de participación del pueblo de Dios en la catolicidad de la Iglesia.

El Secretariado Internacional de la POPF tiene la tarea de instar a las Iglesias locales a abrirse a la cooperación misionera universal y de distribuir, en nombre del Papa, lo que se recoja en todo el mundo durante la Jornada Mundial de las Misiones, destacando en este gesto lo dictado por el Concilio Vaticano II, que exhorta a todo creyente a entrar personalmente en el dinamismo misionero de toda la Iglesia.

Trabaja con:

Jovenes Sin Fronteras (JSF)
Voluntarios Misioneros
Familia Misionera (FAM)
Unión de Enfermos Misioneros (UEM)

ORGANIGRAMA PROPAGACION DE LA FE EN EL PERÚ

RESPONSABLES NACIONALES:

Secretario Nacional de la Obra Pontificia Propagación de la Fe
Responsable: Giancarlo Chirinos Barrera
Email: Propagaciondelafe@omp-peru.com
Telefono: 01 7295243
watsapp: 948776787

Coordinador Nacional de los Jovenes Sin Fronteras
Oscar Chacón Saucedo
Email: jsf.peru.omp@gmail.com
watsapp: 986 916 142

Coordinación Nacional de Familias Misioneras
Susan Espinoza
watsapp: 992 833 052

Coordinación Nacional de la EUAM (VOLUNTARIO MISIONERO)
Julia Castillo Mateo
watsapp: 978 158 325
Telefono: 01 7295243

JOVENES SIN FRONTERAS DEL PERÚ

¿Quienes son los JOVENES SIN FRONTERAS?

Somos un movimiento Juvenil Misionero que cumple 49 años, presente en el Perú, formamos parte de la Pastoral Juvenil Misionera de las Obras Misionales Pontificias, cuyo objetivo principal es apoyar la actividad misionera de la Iglesia en todo el mundo. Nuestro deseo es que el Evangelio de Jesucristo sea conocido en todos los rincones del mundo, rompiendo toda frontera.

                Por su Naturaleza y su Importancia, los Jóvenes Sin Fronteras deben estar presentes y activos en cada Iglesia local. De este modo, el compromiso con la Animación Misionera incrementará su conciencia misionera en la Iglesia.

                A tal fin, orientamos todas nuestras actividades de Animación en colegios, universidades, parroquias, etc. A donde nos llaman, acudimos con nuestras guitarras, con nuestro entusiasmo y alegría, compartiendo nuestro amor a Jesús, a la Iglesia Universal y a las misiones: queremos despertar en todos, la conciencia misionera

Los Jóvenes Sin Fronteras se encuentran presente en la mayor parte del Perú. Si quieres formar parte de esta gran Familia, te invitamos a contactarnos al: 948776787 / 986 916 142. O tal vez quieras formar Jóvenes Sin Fronteras en tu parroquia, o Colegio, te decimos como…

El sueño de Jóvenes Sin Fronteras

•Una Iglesia con rostro juvenil muestra el mensaje de Jesús siempre nuevo. Los jóvenes trasmiten alegría sincera y su presencia supone el futuro y presente de las OMP, por lo tanto, es importante fortalecer el Movimiento de Jóvenes Sin Fronteras.

•Los jóvenes misioneros con ardor presentan a Jesús a los demás, vencen el miedo de ir a las periferias territoriales y existenciales llevando alegría y esperanza. Tienen la fuerza para responder al llamado que El Papa que dice: “Ser discípulo es tener disposición permanente de lleva a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino” (E.G. 127).

FAMILIAS MISIONERAS

La iglesia a través de las Obras Misionales Pontificias en el Perú busca incorporar a su Misión, a las familias llamadas a vivir su identidad misionera en el mundo de hoy, desde la Obra de Propagación de la Fe a través de la comunidad de Familias Misionera

Objetivos:
La Comunidad de Familias Misioneras está llamada a vivir con responsabilidad su inserción en la Iglesia y contribuir con la misión evangelizadora del mundo. El modo en que la familia realiza esta misión evangelizadora es propio y original, pues responde a su ser como una comunidad íntima de vida y amor. La Familia que crece en la fe, no sólo fortalece sus lazos de unión sino que está en capacidad de compartir con otros familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, y
especialmente con los más necesitados.

Despertar y formar en las familias peruanas el sentido misionero universal y así promover la
comunión y el servicio misionero en cada familia, en su propio ambiente y más allá de las
fronteras.

  • Animar y contribuir con el desarrollo de actividades que fortalezcan el espíritu misionero en
    comunidades pastorales y/o parroquiales.
  • Colaborar en actividades sociales para infundir el espíritu misionero.
  • Participar y/o promover experiencias Ad gentes que fortalezcan nuestra conciencia
    misionera.

Si quieres formar parte de esta gran Familia, te invitamos a contactarnos al: 948776787 / 992 833 052. O tal vez quieras formar Jóvenes Sin Fronteras en tu parroquia, o Colegio, te decimos como…

El sueño de las Familias Misioneras

Jesús nos dice que “Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre” (Mc. 3, 35). Con estas palabras Jesucristo ampliaba su vida familiar, pues todos los seres humanos somos su familia, sobre todo, por el hecho de hacer la voluntad de Dios. Descubrimos en la Sagrada Escritura la importancia de la familia en la vida misionera, pues ellas son fuente de fe, comunicación y amor; por lo tanto, las Familias Misioneras comparten su fe, comunican la Buena Nueva y llevan el amor de Jesucristo a todos.

UNION DE ENFERMOS Y ANCIANOS MISIONEROS (VOLUNTARIADO)

¿QUÉ ES LA UEAM?

La UEAM es un servicio de apostolado, animación y cooperación misionera, cuyos destinatarios son los enfermos en cualquier etapa de la vida y los ancianos, para que también ellos puedan ser misioneros desde la enfermedad o la limitación.

La UEM, es una rama de la PROPAGACIÓN DE LA FE cuyos miembros voluntarios, Niños, Jóvenes, Adultos, sin distinción alguna, responden a su vocación misionera y contribuyen con sus actividades y esfuerzos para que los enfermos, los inválidos, los ancianos, ofrezcan su dolor, sufrimiento y oración uniéndose al sacrificio de Cristo; por las MISIONES, por el aumento de las vocaciones y para que el mensaje de salvación de Jesucristo llegue a toda criatura.

La UEAM reúne, en comunión misionera, a todos los que viven el dolor, el sufrimiento y las limitaciones, estableciendo así lazos fraternos entre todos ellos. Para que, desde esa vivencia especial, puedan ejercen de un modo específico y particular la misión de acompañar y demostrar con su propia vida el mensaje del evangelio.

Así, los misioneros enfermos y/o ancianos, guiados por los Animadores, unidos en oración y en obras, llevarán adelante las diversas acciones propuestas por los Equipo Nacional y derivados al equipo Diocesanos, a los cuales les competen la tarea de organizar el trabajo específico de la UEAM de su Diócesis.        

Por lo tanto, la organización de este servicio misionero comprende dos dimensiones. Por un lado, a los principales misioneros: los Enfermos y Ancianos; y por otro a los Agentes Animadores, encargados de realizar el acompañamiento y el apoyo permanente a los enfermos y ancianos de los Grupos Locales. Estos últimos dependen del Equipo Nacional de la UEAM.

LOS OBJETIVOS DE LA UEAM

El Objetivo principal de la UEAM es Despertar en los enfermos y ancianos, y en toda la Iglesia, la conciencia misionera, de modo que asuma su responsabilidad en el Plan de Dios, que quiere que todos los hombres se salven. 1 Tim. 2, 3.

Todas las personas que integran la UEAM, según la tarea específica que les corresponde, llevan adelante con vocación de servicio su misión de ayuda. Es así como por medio de este Servicio pueden anunciar el Evangelio de acuerdo con la situación particular que a cada una de ellas le ha tocado vivir.

Muchos son los objetivos que se llevan adelante en este Servicio, pero en este caso enunciaremos sólo los más importantes, aquellos que creemos que hacen a la esencia de la UEAM, y que son propios de los Agentes Animadores:

  • Animar misioneramente a quienes están enfermos, son ancianos o presentan limitaciones físicas, para que ofrezcan sus oraciones y sufrimientos por las intenciones particulares y generales de la Iglesia.
  • Ayudar espiritualmente a los enfermos y ancianos para que vivan una dimensión redentora de su dolor, de modo que una vez aceptado pueda ser asumido y ofrecido por las necesidades de los hermanos.   
  • Invitar al enfermo y anciano a ser Misioneros y no sólo receptores pasivos de aquellos que los visitan. Cada anciano y cada enfermo se transforma de este modo en protagonistas de este Servicio misionero. 
  • Apoyar a la formación de nuevos grupos en cada parroquia y diócesis para difundir y asistir a los enfermos y a los ancianos por medio de este modo particular de misionar.    
  • Estar en comunión con los demás grupos y movimientos parroquiales, especialmente con la Pastoral de la Salud, la Pastoral del Alivio, los Ministros Extraordinarios de la Comunión, y todos aquellos que por su vocación se acercan a los enfermos y ancianos.    
  • Colaborar activamente con todos los que integran la UEAM, tanto a nivel parroquial, diocesano como nacional, a fin de crecer y nutrirse en la fe y manifestando de este modo, junto al trabajo activo y por medio de las distintas tareas que se realizan, la alegría que caracteriza a todo misionero, que vive imitando a Jesús y siendo fieles a las enseñanzas de la Iglesia.
  • Formarse permanentemente no sólo en la fe sino también en los temas específicos de este tipo de servicio cuyos destinatarios son el enfermo y a la persona anciana considerando las exigencias del mundo y la sociedad actual, a fin de dar respuestas certeras que nos acerquen cada vez más a Dios y nos hagan crecer como mejores personas.    

Estar en Unión dentro de cada Grupo Local, junto al Equipo Diocesano y con los integrantes del Equipo Nacional, a fin de aportar, crecer e innovar cada vez más sobre las actividades que se llevan dentro de la UEAM. Participando de las reuniones, actividades y encuentros que son los que fomentan la fraternidad y disipan las dudas.    

El sueño de la Unión del enfermo y anciano misionero

•Los enfermos desde su sufrimiento pueden aportar mucho, son oro puro para la misión, son misioneros que están dispuestos a ayudar con toda la fortaleza que mantienen en su espíritu; por lo que debemos seguir promoviendo esta obra misionera. Es importante comprender que “el valor salvífico de todo sufrimiento, aceptado y ofrecido a Dios con amor, deriva del sacrificio de Cristo que llama a los miembros de su Cuerpo Místico a unirse a sus padecimientos y completarlos en su propia carne. En el sacrificio del sufrimiento, los enfermos se hacen misioneros” (RM 78).

•Soñamos que en todas las Jurisdicciones Eclesiásticas se difundan y se funden la Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros (UEAM);