Hna. Gloria Soto – El Tiempo de Dios es Perfecto

Hna. Gloria Soto – El Tiempo de Dios es Perfecto

Me dispongo a poner por escrito lo que ha sido mi experiencia en la misión de Picota. Selva Peruana.

Respondo con agrado y gratitud a esta solicitad para poner por escrito; contar a grandes rasgos esa maravillosa misión que me ha permitido amar más a Jesucristo, reconocer su presencia real en el rostro de tantos niños, jóvenes y adultos, quienes han entretejido las fibras de mi corazón y han añadido a mi ser de seguida de Jesús; Misionera, una multitud de nombres, vivencias y experiencias por esas tierras.

Soy Hna. Gloria, nací y me malcrié en Paraguay, un bello país que está ubicado en el centro de américa del Sur. Pertenezco a la Congragación “Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús”, después de un proceso de discernimiento y formación, ya como religiosa, estuve compartiendo un tiempo en una misión con los abuelitos más abandonados en un Hogar de Ancianos, y posteriormente mi misión se abocó a la Pastoral Educativa y durante este tiempo realizando cursos académicos. Me he trasladado a la misión parroquial de Picota-Perú en la selva peruana, región san Martin respondiendo al pedido de nuestra madre General para poder acompañar el trabajo misionero, junto con otras hermanas que ya estaban un buen tiempo por ahí.

Las hermanas Salesianas llegamos en esa misión en año 2013, respondiendo al pedido de un sacerdote misionero de Córdoba que estaba como párroco ahí, para poder ayudar en la evangelización y otras necesidades más urgentes que se presentaba, referente a atender un comedor para niños, ancianos y enfermos. Además de poder realizar las catequesis y celebraciones en distintos pueblos, también extenderse para atender un botiquín parroquial para asistir a las personas más aisladas y necesitada alrededor de la gran población que se extiende en 134 pueblos o comunidades que depende de Picota

La Provincia de Picota, Región San Martin, es considerada Zona Urbana, ya que cuenta con todos los servicios básicos y está en la margen derecha de la carretera “FERNANDO BELAUNDE TERRY”

La Parroquia de Picota está dirigida por dos sacerdotes y cuenta con dos congregaciones de religiosas: Las Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús (Picota) y las Obreras del Sagrado Corazón de Jesús (Shamboyacu), de igual manera están las Familias Misioneras matrimonios/solter@s de EE. UU, Movimiento de Retiros Parroquiales Juan XXIII, (Picota-Shamboyacu) y Laicos Salesianos= LAISAL.

“El tiempo de Dios es Perfecto” Estos años que Dios me ha permitido vivir y compartir en la misión de Picota, lo considero como un verdadero regalo para mi consagración religiosa y como misionera. He sentido un enorme acrecimiento en mi fe, y la providencia de Dios Padre cada día, quien todo lo sostiene y provee. Esto para mí, es ha sido y será un sello imborrable de la misericordia de Dios para conmigo y para con quienes he compartido

Al ir haciéndome parte de esta misión desde el año 2019 (junto con madre CATY y madre ESILDA, sumándose luego MARILU y madre ANA) me ha sido muy impactante la necesidad de hacer conocer a Jesucristo, en todos los ámbitos y como añadido las diversas sectas que causaban una confusión, la urgente necesidad de formación en la catequesis y la pastoral juvenil.

El trabajo de evangelización estaba ya en marcha, pero había sido discontinuo y faltaba fijar ciertas líneas en coordinación con el párroco, que en un dialogo abierto y cercano, en conjunto con las hermanas y algunos agentes pastorales se iría continuando con esfuerzo aquella misión parroquial, “Virgen del Perpetuo Socorro” que sigue siendo socorrida bajo el manto maternal de María Santísima. En conjunto con los demás grupos ya conformados y apoyados en todo momento para mí la misión ha sido un encuentro de hermanos y amigos.

La labor de coordinar con los agentes pastorales y algunos que pudiesen comprometerse a acompañar estas iniciativas, rescatando algunos jóvenes, que sin dudar de sus talentos y venciendo su timidez, serian un apoyo para comenzar la tarea. La cosa era hacerlo todo posible creativamente. Todos somos misioneros de Jesús. Todos somos llamados a misionar en el lugar que nos encontremos. La misión comienza en el corazón de uno mismo cuando es atraído y motivado por el espíritu mismo de Jesús para compartir lo que Él ha hecho en el interior de cada uno y como compromiso responsable hacer que otros también puedan conocerlo, amarlo y seguirlo en el lugar que se encuentre, para esto todos somos enviados.

Me ha supuesto una enorme satisfacción y como incentivo personal, el compromiso humilde y aguerrido de los animadores de las distintas comunidades que son el brazo derecho de los lugares más alejados para acompañar a tantas familias  que se extiende a lo largo y extenso de esos valles y a las faldas del rio Huallaga, que dejando sus quehaceres diarios, sus chacras ofrecen su tiempo y disposición para animar a  la pequeña comunidad que habitan,  asumiendo  animar para la preparación de los sacramentos y la celebraciones.

En todo este tiempo he acompañado de manera más directa la pastoral juvenil de las distintas comunidades, conformando grupos juveniles, acompañado en temas en defensa de la vida, del cuidado de la casa común, temas vocacionales y demás que iban surgiendo, organizando proyectos de formación personal y familiar, preparación de retiros, peregrinaciones marianas, encuentros de oración, formación bíblica, formación de liderazgo y deportivos también.

Agregado a esto, mi experiencia de haber estado enseñando el área de educación religiosa en diferentes Instituciones Educativas. Me ha abierto diversos contextos y diversas situaciones sociales y familiares; me ha llevado a disponer la voluntad para comprender y desde lo que estaba a mi alcance acompañar para potenciar los valores, hacer posible que se reconozca la dignidad de cada persona, indistintamente de su edad y condición.  Muchas veces siendo oído de los dolores, de los abusos o violencia que padecen en su entorno, pero luego el espíritu exigía ver la manera de ir solicitando o haciendo posible alguna atención para recuperar aquella dignidad aplastada y desvalorada.  Escuchar sus anhelos, sus sueños de trabajar, de estudiar, de ser útiles para sus familias, escuchar sus dudas, la búsqueda de ser protagonistas del presente. y sus profundos planteamientos de fe, me ha hecho acercarme más a la Madre Purísima, para aprender de su maternidad, siendo muchas veces hermana, madre, amiga. Con la Madre de Dios he podido entregar el corazón maternal que calma y alivia las orfandades de aquellos amigos míos 

Ser testigo o cómplice de Dios en su acción salvadora de levantar a muchos jóvenes caídos y devolverle por lo menos la esperanza y hacerles sentir que son amados, aceptados y que son importante en la vida y que merece que ellos ofrezcan sus talentos para seguir manteniendo la esperanza ha sido un verdadero privilegio para mí.

Gratitud eterna a Dios Padre, a su hijo Jesucristo y la presencia maternal de María, la madre Purísima que siempre cubría de ternura esas largas y angustiantes soledades que solían poblar mi alma por ver tanta necesidad y sufrir la impotencia de no poder responder con prontitud a las soluciones requeridas. La dignidad por ser hijos de Dios y hermanos todos, muchas veces ellos ignoran esta realidad, hace siempre falta la voz y los misioneros para demostrare con hechos y si es preciso utilizando palabras, que ellos que son seres queridos y amados y que tienen también derecho a vivir en condiciones de bienestar rodeados de un calor afectivo y efectivo que hace creíble el amor y la misericordia de Dios.

Agradezco a mi Congregación de Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús que con el Carisma propio de hacer sensible a los hombres especialmente pobres y abandonados la misericordia y el amor de Dios Padre Providente supieron responder y siguen respondiendo al llamado de Dios para asistir con la presencia Misionera a esta parte de la iglesia que sigue necesitando misioneros para que la Verdad sea reconocida y para que el Amor humanice

La misión continúa, las familias, los niños, los jóvenes siguen poblando aquellas tierras y dado que la vida religiosa está caracterizada de ir de un lugar a otro, y en nuestro caso casi siempre volvemos a pasar por los lugares de misión más de una vez, diré hasta pronto.

Guardo en la memoria del corazón muchos nombres, muchos rostros, guardo los gemidos de       los jóvenes, del pueblo de Dios que clama siempre por más amor, más fraternidad y más humanidad que construye la justicia y la paz.

MADRE GLORIA SALESIANAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESUS

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