Cristo Moreno, el inicio del mes morado
SEÑOR DE LOS MILAGROS
La historia de esta imagen fue creada junto con las otras, para manifestar una catequesis única de cómo Dios quiere que todos los hombres de cualquier raza y color están llamados a conocer a su hijo único Jesucristo y creer en El como único salvador del mundo. Es una imagen realmente misionera.
El Perú es providencialmente muy bendecido con este signo Divino en su historia de fe y devoción. A continuación, deseo compartir con ustedes algunas reflexiones catequéticas para manifestar la dimensión misionera de este cuadro milagroso. No es mucho lo que la historia tiene documentado acerca de esta imagen.
La historia más profunda es aquella escrita en el corazón de cada alma al trasmitir de generación en generación la veneración a Cristo que nos invita a ser DISCÍPULOS MISIONEROS.
LA MISIÓN TIENE ORIGEN TRINITARIO
La primera enseñanza del cuadro del Señor de los Milagros es la manifestación de la Santísima Trinidad fuente de la misión de la Iglesia. No hay misión sin comunión.
En la historia de la Salvación está presente, en todas partes aparece la Trinidad como manifestación de comunión, del Padre Creador, el Hijo Redentor y el Espíritu Santo Protagonista de la misión. Juntos actúan en la creación trasmitiendo vida y juntos crean todo lo que existe; y todo está encaminando hacia su culminación en la Trinidad, cuando la humanidad salvada se encuentre cara a cara con las Personas Divinas.
Por eso el mandato de Cristo es:” Vayan y anuncien el evangelio, y bauticen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 19)” …quien cree y se bautice se salvará” (Mc 16, 9-20). En dos oportunidades Dios Trino se manifiesta en la vida de Jesús; en el bautismo de Jesús (Mt 3, 13-17) para manifestar que a través del bautismo se hace adhesión a la Iglesia, sacramento universal de la salvación y transfiguración, (Mt 17, 1-6) para manifestar que este Cristo que aparenta un hombre cualquiera es también el Mesías Salvador… “Como el Padre me ha envió, también yo los envío. Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo” (Jn 20, 21-22)”.
Estamos enviados con el poder del Padre y llamados por el Hijo para salir con el empujón del Espíritu Santo para Evangelizar. Si no vas tú personalmente, estas llamado a ayudar a los que lo dejan todo y van a anunciar a Cristo en lugares austeros y difíciles.
El Padre
El Primer personaje del cuadro es el Padre que aparece con el mundo entre sus manos creadoras. “¡Dios quiere que todos los hombres se salven”! (1 Timoteo 2, 4) Esta es su voluntad, pero no todos asumimos la responsabilidad. Ayudar a las misiones es hacer cumplir esta voluntad de Dios para que se haga realidad.
Cristo Redentor
La figura principal del cuadro del Señor de los Milagros es Cristo crucificado. Cristo es el enviado del Padre. El cumple su voluntad para reconciliar la humanidad con Dios. El sufre la pasión y muere en la Cruz para que todos los que creen en El tengan vida, y vida eterna. Hoy más de dos tercios de la humanidad no conocen a Cristo. Esto manifestado en la noche oscura al fondo del crucificado. Pero también la luna de la tibieza está contrarrestada con una nueva primavera misionera de un sol naciente. Muchos no conocen a Cristo porque en la Iglesia nos hemos acostumbrado a recibir mucho y dar poco. Hoy el Señor nos llama para cooperar con el Santo Padre, en esta gran tarea de llevar el evangelio a toda la humanidad para que la Esperanza llegue a todos los que viven en situaciones de miseria.
El Espíritu Santo
En la efigie del Señor de los Milagros entre el Padre y Cristo crucificado está el Espíritu Santo. Es este Espíritu, protagonista de la Misión que nos mueve a escuchar la solicitud de los obispos en Aparecida y buscar una renovación misionera en la Iglesia. Lo hemos recibido por el bautismo. Él nos dio a través de la unción, la misión para trasmitir a Cristo a los demás. Cada bautizado es misionero. Si realmente vivimos una vida en el Espíritu nos corresponde ser solidarios y promover el anuncio del evangelio a los que más necesitan.
La Virgen María Al lado de la cruz de Jesús está su madre la virgen María. Ella es modelo de cada discípulo misionero. Ella nos enseña a siempre estar listo a escuchar la Palabra de Dios y creerla. Ella nos enseña a encarnar la Palabra y vivir como verdaderos creyentes sin aferrarnos a las cosas efímeras y pasajeras. Ella nos enseña a trasmitir esta Palabra que está en nosotros. Así el mundo pueda creer que la felicidad viene de aceptar y obedecer la Palabra de Dios.
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