Nombramiento de nuevos pastores para la Iglesia en el Perú: un tiempo de renovación misionera
12 de diciembre de 2025 – Obras Misionales Pontificias del Perú
La Iglesia en el Perú vive hoy un momento de gracia y renovación misionera con el anuncio de dos importantes nombramientos episcopales realizados por Su Santidad León XIV. En un espíritu de esperanza y de nueva evangelización, la Santa Sede ha designado a Monseñor Luciano Maza Huamán como nuevo arzobispo de la Arquidiócesis de Piura, y a Monseñor Juan Carlos Asqui Pilco como obispo de Chuquibamba.

Un pastor cercano para Piura: Mons. Luciano Maza Huamán
El nuevo arzobispo de Piura, Mons. Luciano Maza Huamán, de 68 años, ha sido hasta ahora vicario general de la arquidiócesis. Ordenado sacerdote en 1987, posee formación en Teología Pastoral, Psicología y Espiritualidad, y a lo largo de su ministerio ha servido como párroco, formador del seminario y canciller, entre otras responsabilidades.
Su nombramiento llega después de más de año y medio en que la sede de Piura permaneció vacante. El prefecto del Dicasterio para los Obispos, el cardenal Robert Francis Prevost, misionero en el Perú durante muchos años, ha buscado con este nombramiento iniciar un tiempo nuevo para la región del norte del país, marcado por la reconciliación, la escucha y la misión.
Las Obras Misionales Pontificias del Perú expresan su alegría por la llegada de un pastor “con olor a oveja”, profundamente cercano a la gente y con una sensibilidad pastoral que promete dinamizar la vida evangelizadora de las parroquias, movimientos y familias.
Un obispo misionero para Chuquibamba: Mons. Juan Carlos Asqui Pilco

Asimismo, el Santo Padre ha nombrado a Mons. Juan Carlos Asqui Pilco, hasta ahora obispo auxiliar de Tacna y Moquegua, como nuevo obispo de la diócesis de Chuquibamba. Con 53 años, destaca por su espíritu sencillo, su compromiso pastoral y su entrega a la formación de comunidades vivas y misioneras.
Su llegada representa un impulso renovado para esta jurisdicción eclesiástica andina, que enfrenta grandes desafíos sociales, geográficos y humanos, y que necesita un pastor que camine al ritmo del pueblo y anime con esperanza la misión permanente.

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