Pablo Manna: Toda la Iglesia para todo el mundo

Pablo Manna: Toda la Iglesia para todo el mundo

Fuente: OMP VENEZUELA

Cada 16 de enero, la Iglesia misionera celebra la memoria litúrgica del beato P. Pablo Manna, fundador de la Pontificia Unión Misional, una de las cuatro Obras Misionales Pontificias cuyo cometido es animar misioneramente a sacerdotes, diáconos, religiosos/as, seminaristas, formandos/as religiosos/as y agentes de pastoral


El fundador de la Pontificia Unión Misional, beato P. Paolo Manna, nació el 16 de enero de 1872 en Avellino, Italia. En 1887 entra en los Salvatorianos, pero, deseando ardientemente ser misionero, deja esta Congregación en 1891 para entrar en el Instituto de Misiones Extranjeras de Milán.

Seminarista Manna con un grupo de compañeros – 1892

Ordenado sacerdote en 1894, partió para Birmania donde trabajó durante doce años entre los indígenas de la tribu Ghekku y donde fundó la misión de Momblò. En 1907 volvió a Italia aquejado por una enfermedad, dedicándose resueltamente a promover la sensibilización y concientización misioneras de los cristianos de su propio país, revelando así sus talentos de organizador y escritor a través de varias revistas y libros publicados por él en torno a la actividad misionera.

Fundó la obra misional del Clero (ahora Pontificia Unión Misional), gracias a la colaboración providencial de san Guido Maria Conforti, obispo de Parma y fundador del Instituto Misionero Javeriano. Aprobada por el papa Benedicto XV el 31 de octubre de 1916, su objetivo era animar y formar a los fieles bautizados en su responsabilidad misionera a través del servicio pastoral de obispos y sacerdotes según el lema “Toda la Iglesia para todo el mundo”.

A este respecto, el papa Pablo VI escribió en Graves et Increscentes que Paolo Manna había descubierto con dolor, a lo largo de sus numerosos viajes a Italia y al extranjero, cuán grande era la ignorancia e indiferencia de muchos cristianos. «La raíz de ello estaba en que muchos sacerdotes se ocupaban demasiado de sus propios problemas pastorales y no lo suficiente de las misiones».

El P. Manna murió en Nápoles después de una operación quirúrgica el 15 de septiembre de 1952. Fue beatificado el 4 de noviembre de 2001 por el papa san Juan Pablo II.

Beatificación del P. Pablo Manna

Una de sus reliquias se encuentra en la capilla de la Sede central de las OMP del Perú.

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