
Nos acercamos al final de este año y, poco a poco, comenzamos a respirar el aroma a la Navidad.
Jesús viene en camino y los hogares se preparan para recibirlo en un clima festivo, con adornos, el pesebre, el pino, las luces.
Desde el Secretariado de la IAM les proponemos elaborar una Corona de Adviento Misionera.
¡Manos a la obra!
Corona de adviento misionera
Transitamos el Adviento, tiempo de preparación para la Navidad que se acerca. El corazón y el hogar de muchas familias se disponen a la alegría del “Dios con nosotros”, Jesús que se hace bebé para que experimentemos la ternura del Amor, la sencillez de Dios hecho hombre. Y, en esta tarea de preparación, los niños y adolescentes colaboran activamente en la decoración de la casa, del armado del pino navideño y del pesebre.
En esta edición de Iglesia Misionera Hoy, como Obra de la Infancia y Adolescencia Misionera, queremos proponerles un desafío con tinte misionero: elaborar una Corona de Adviento que abrace con la oración a los cinco continentes, con la certeza de saber que Jesús nace para todos, en todos.
LA CORONA DE ADVIENTO
Es muy tradicional, en el tiempo de Adviento, colocar en la mesa familiar la llamada “Corona de Adviento”. Consiste en un círculo de ramas de pino o abeto (o, en su defecto, guirnaldas verdes) con cinco velas: tres de color morado y una rosa, ubicadas alrededor de la corona, y una quinta vela blanca, en el centro del círculo.
Cuentan que, en realidad, la corona surgió como una tradición europea que consistía en encender, al comienzo del invierno, una vela cada semana, con el deseo y la esperanza de que pronto regresara la primavera. La rama de pino, siempre verde, simbolizaba la esperanza y la vida que volvería a brotar luego del crudo frío invernal.
Con el paso del tiempo, los misioneros católicos adaptaron y resinificaron esta costumbre y la incluyeron durante el período de Adviento -cuatro semanas previas a la Navidad- en el que, semanalmente, cada familia prende una vela como preparación y camino hacia la Navidad, hasta llegar a la vela blanca del centro, encendida en Nochebuena, como signo de Jesús que nace, la verdadera Vida, la Esperanza que hace brotar todo a su paso.
Las velas dispuestas alrededor de la corona, entonces, marcan un camino: las de color morado (que expresan un tiempo de penitencia, conversión, espera) se encienden el primero, segundo y cuarto domingo de Adviento, mientras que la rosada se prende el tercer domingo, conocido como Gaudete (que significa alegría, regocijo; el rosa es un morado atenuado, que con forma que pronto vendrá la Alegría esperada).
Nos acercamos al final de este año y, poco a poco, comenzamos a respirar el aroma a la Navidad.
Jesús viene en camino y los hogares se preparan para recibirlo en un clima festivo, con adornos, el pesebre, el pino, las luces.
Desde el Secretariado de la IAM les proponemos elaborar una Corona de Adviento Misionera.
¡Manos a la obra!
UNA CORONA MISIONERA
Así como existe el Rosario Misionero, a través del cual contemplamos los diversos Misterios al mismo tiempo que rezamos por cada uno de los continentes, les proponemos transformar la Corona de Adviento en una Corona Misionera, que tenga cinco velas para que, en este tiempo de preparación para la Navidad, ofrezcamos nuestra oración por todo el mundo, en especial los niños, adolescentes y misioneros, quienes anuncian con sus vidas que Jesús nace en nuestro corazón.
Para ello, los invitamos a elaborar una base circular de cartón (puede ser, también, un plato) y decorarla con ramas de pino o bien guirnaldas verdes (representarán nuestra esperanza en Jesús, la verdadera Vida que todo lo sostiene y transforma). Alrededor de la corona, se colocarán cinco velas con los colores de los continentes (verde: África; rojo: América; blanco: Europa; azul: Oceanía; amarillo: Asia). Es fundamental ubicar algúnplatito o recipiente de base para que contenga la cera derretida. En el caso de no contar
con velas de colores, es posible usar velas blancas decoradas con alguna cinta de color alusiva a un continente. En el centro de la corona dispondremos la imagen del Niño Jesús que adjuntamos a continuación.
Cada domingo de Adviento, ubicados alrededor de la Corona Misionera, algún adulto encenderá una vela (¡cuidado con el uso del fuego!). Se ofrecerá una oración por el continente que corresponda según el color. Durante toda esa semana, el Ave María que propone la Obra de la IAM será rezado en especial por ese continente.
Como el tiempo de Adviento cuenta solo con cuatro domingos y los continentes son cinco, la quinta vela se encenderá durante la semana de Navidad, hasta el 31 de diciembre. De esta manera, nos aseguraremos abrazar al mundo con la oración y anunciar desde nuestro hogar el gozo del Niño Dios que nace. ¡Aleluya! ¡Feliz Navidad!
Por: Ezequiel Rogante